
- Detergentes. Son tensioactivos. Hacen solubles los depósitos que hay sobre las piezas dentarias y facilitan la dispersión de los agentes activos del dentífrico.
- Abrasivos. Eliminan los depósitos acumulados.
-Humectantes o humidificantes. Evitan el endurecimiento del dentífrico.
- Sustancias antiplaca bacteriana y anticálculo: los más usados son clorhexidina, triclosán, hexetidina, citrato de zinc, fluoruros, aceites esenciales y lauryl sulfato de sodio. - Sustancias que aumentan la resistencia del esmalte: flúor.
- Desensibilizantes. La sensibilidad dental, llamada también hiperestesia dentinaria (dientes sensibles), es el aumento de la sensibilidad a los cambios térmicos (frío y caliente), a los ácidos (naranjas, limones, vinagres, etc.), a los dulces o por simple efecto mecánico de roce sobre la superficie dentaria. A veces un simple cepillado llega a ser insoportable. El tratamiento debe seguirse de forma prolongada, ya que cuando se abandona suele volver la hipersensibilidad. Las principales sustancias antisensibilidad son: nitrato de potasio, flúor, cloruro de estroncio, cloruro de potasio, oxalato férrico y lactato de aluminio. Se pueden combinar los diferentes principios activos para potenciar sus efectos.
- Blanqueadores. Los más usados son peróxido de carbamida y bicarbonato sódico micropulverizado. Se deben usar después de un blanqueamiento dentario; por lo tanto serán dentífricos de mantenimiento.
- Antinflamatorios y epitelizantes. En general están indicados en procesos inflamatorios gingivales y favorecen la regeneración o epitelización de la mucosa. Las más usados son: alantoína, aldioxa, provitamina B5, vitamina P, ácido hialurónico, enoxolona y vitamina E Enzimas. Actúan sobre el metabolismo de la placa bacteriana. En casos de sequedad bucal restablecen el equilibrio bacteriano alterado.
- Otros. También pueden llevar en su composición colorantes, aromatizantes y edulcorantes, así como diversas sustancias vegetales.
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